¿Alguna vez te has percatado que tu auto te manifiesta sus averías con el color del humo que expulsa?
Pues ahora lo sabes, tu auto expide de diferente color su humo cuando hay algo que no esta bien con el, lo cual es tu alarma para diagnosticarlo con tu mecánico de confianza y puedas repararlo antes que suceda un daño mayor. Por lo cual el color de humo del escape de tu auto determina la falla que debes revisar y evitar otros imprevistos.
¿Sabes qué significa cada color?
Color Blanco
Alternativa 1: Si notas que tu coche desprende demasiado humo blanco y éste sale en hilos delgados, solo cuando arrancas, no debes preocuparte. Esto se debe a una acumulación de condensación que encuentra su vía de salida por el tubo de escape. Esto es un proceso “normal” que solo debes monitorear con regularidad porque se puede transformar en una avería verdadera sí es muy cotidiano.
Alternativa 2: Sí tu auto es de diésel, el hecho de que desprenda humo blanco en mayor cantidad pero solo durante el arranque se puede deber a que la bomba inyecta el combustible demasiado pronto. Debes acudir a un mecánico para que compruebe que esto es así y, en su caso, arregle este desajuste.
Alternativa 3: En el caso de que la salida de humo blanco persista durante la marcha del coche y no sea exclusivamente durante el encendido, se puede deber a que hay una fuga de líquido refrigerante y que éste se está quemando. La avería no es es principio muy grave pero debes acudir cuanto antes a un profesional para acabar con la fuga.
Color Azul
En este caso si por el escape sale un humo algo azulado y huele un poco a tostado, lo que sucede es que está entrando aceite a la cámara de combustión. Hay cuatro posibles motivos para que esto suceda: Que las tapas de los cilindros del motor estén en mal estado y pase aceite de la distribución al cilindro número 1. En ese caso, el humo suele aparentar siempre que el turbo esté gastado y el aceite que lubrica su eje se cuele en el circuito de admisión.
El humo saldrá sobre todo al acelerar fuerte y cuando estemos parados al ralentí (régimen mínimo de revoluciones por minuto osea los giros o vueltas por minuto). Que los retener de las guías de las válvulas estén gastados: el humo sale por el escape cuando soltamos el acelerador y el coche retiene. Se debe a que se genera vacío en los cilindros y absorben el aceite que rezuma por las válvulas. Y que el motor esté gastado (normalmente, los segmentos del pistón). En este caso, el humo suele salir siempre, pero más al acelerar. Lo que sucede es que no hay un cierre hermético entre el pistón y la pared del cilindro y el aceite de lubricación pasa a la cámara de combustión.
Color Gris
El humo gris es consecuencia de múltiples factores, entre ellos se encuentra el aceite dentro de la cámara de combustión, o cuando se quema líquido de la transmisión. Si esto ocurre, debemos llevar el vehículo a revisión para descartar averías mayores.
A comparación de que el humo negro es causado por el exceso de combustible el humo gris es causado principalmente por la falta de combustible. Esto quiere decir que la mezcla de aire y combustible no está equilibrada, el motor necesita más inyección de combustible y tiene un exceso de aire.
Color Negro
El humo negro se debe a una mala combustión de la gasolina, normalmente por un exceso del carburante (o falta de oxígeno) o por una mala pulverización de los inyectores. Suele producirse al acelerar a fondo; si lo hace sólo un instante al «dar el pisotón», es más o menos normal. Pero si seguimos echando humo negro como si fuésemos fabrica china, tenemos una avería. La mayor parte de las veces se debe a un problema con la válvula recirculadora de gases de escape (el famoso EGR): al pisar el acelerador debería cerrarse para que sólo entrase en el cilindro aire limpio y rico en oxígeno, con el fin de que arda bien el exceso de combustible que inyectamos al acelerar.
Si no se cierra, el carburante seguirá mezclándose con el gas de escape recirculado; al tener menos oxígeno, la gasolina no se quema por completo y por eso sale humo. También puede ser que tengamos una toma de aire en el colector de admisión o el caudalímetro en mal estado. Un filtro de aire demasiado sucio puede provocar igualmente este problema, al no dejar entrar correctamente el aire de admisión. Si todo eso está perfecto, el fallo está en algún inyector que no pulveriza bien el combustible: si las gotas que inyecta en el cilindro son demasiado grandes, no se mezclan con el oxígeno de forma óptima y no arden bien.
¿Has notado alguno de estos casos de tu auto? En caso de que si, deberías considerar llevar tu vehículo con el mecánico de tu confianza.
Nunca dejes que tu auto falle, llévalo regularmente al mecánico y siempre ten a la mano teléfonos de emergencia.
Contratar una póliza de seguro te evitará gastos por grúa en caso de tener algún percance.
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